Me enseñaron que amigo no se le dice a cualquiera, y los te quiero más sinceros no los dicen las palabras, los dice el corazón. Que los lunes se madruga y el sábado se duerme, que no encontrarás a tu alma gemela un sábado por la noche, pues por las noches nada es lo que parece.
Que no siempre lo mejor es lo más caro, y a veces menos es más. Que hay que dar sin esperar nada a cambio, que no se deben pedir cosas imposibles, nunca abandonar los sueños y luchar por conseguirlos.
Me enseñaron eso de no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti, y a mirar más allá de tu propia sombra, que ahí fuera hay un mundo entero por conquistar, pero no vas a conseguir nada sentada en el sofá. Que la belleza está en el alma, lo de fuera es temporal y pasajero, que se descubre incluso en la primera noche. Que todo depende del punto de vista que le des.
Me enseñaron que hay sonrisas que enamoran y miradas que hipnotizan.