He sido consciente de que no me han quedado lágrimas que dedicarte, y que a la vez que tu me has perdonado lo imperdonable, yo he rectificado con creces… mutuamente.
Reconozco que he querido como nunca nadie ha querido jamás y que he tenido el valor de construir un futuro que jamás se cumplirá.
He intentado ser tu pañuelo de lágrimas, pero nunca fuiste el mío. Te odio, te maldigo, te arrancaría las palabras de tu corazón.. . pero no puedo… ¿Sabes porque? Porque no tengo cojones de sentir algo malo por ti y porque no tengo el valor suficiente de escuchar esas palabras.
He tenido y tendré siempre el coraje de decir lo que pienso y me he tragado mi orgullo para no perder a personas que me importaban, a ti, sin ir más lejos.
Siempre hay un pero al final de cada historia, al final de cada texto.
Yo no tengo un pero… tengo un ‘’se acabaron mis fuerzas y con ellas, se derrumba tu imperio en mi mente’’
Que te vaya bonito… mis mejores deseos.
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